Desde el siglo V y hasta el XV, en diversos hogares de Europa así como iglesias y centros religiosos, reptiles y cocodrilos ern colgados en lo alto de los techos con cadenas, tendencia que se volvió una práctica común durante el periodo histórico.
De acuerdo con medios internacionales, esto se debía a la relación del reptil con las serpientes, mismas que simbolizaban el mal al haber inducido el hombre al pecado, razón por la cual al colgar a uno de estos animales muerto en el techo de un templo u hogar, se creía que de ahuyentaba al mal al “haberlo matado”.
La práctica adquirió mayr popularidad alrededor de los siglos Xlll y X.
Posteriormente hubo incluso recintos que tenían a los animales disecados envueltos en cadenas en vitrinas.
Cabe destacar que los animales eran llevados desde Egipto a Europa para ser exhibidos.
Al día de hoy en Italia, la Iglesia de Santa María de Gracia en Mantua aún conserva a un cocodrilo disecado que cuelga de lo alto de su bóveda, mientras que en España, la misma imagen se repite en la Catedral de Sevilla y la Parroquia de San Ginés, en Madrid.