El Periférico Luis Donaldo Colosio, presentado como la joya de la corona del Gobierno Naranjas en Parral, ha resultado ser un verdadero dolor de cabeza para los ciudadanos. Prometido como un ejemplo de modernización y avance, esta obra insignia ha dejado mucho que desear en cuanto a su calidad y ejecución.
Se suponía que los Gobiernos de Movimiento Ciudadano (MC) eran la antítesis de la vieja política, aquellos que traerían transparencia y eficiencia a la gestión pública. Sin embargo, el estado actual del Periférico Luis Donaldo Colosio contradice esas promesas. Menos de un año después de su recarpeteo, el material aplicado ya se deslavó, exponiendo la falta de durabilidad y calidad en su construcción.
Francisco Sánchez, el rostro detrás de la famosa frase «Parral merece un periférico moderno», ha quedado en evidencia. Lo que se presumía como un avance para la ciudad, resultó ser un paso atrás en términos de calidad de obra. Los parralenses, con la esperanza de un mejor futuro, confiaron en esta obra, pero en lugar de progreso, se encuentran con un resultado arcaico y deficiente.
En una rueda de prensa reciente, el arquitecto Camarena fue enviado para explicar la situación y anunciar que la empresa licitadora sería responsable de recarpetar los daños. Pero, ¿acaso no sería más adecuado que simplemente se hubiera hecho bien desde el principio? Además, se anunciaron dos tramos más del mismo periférico para ser intervenidos. ¿Estamos ante una repetición de los mismos errores? No parece haber aprendizaje de las lecciones del pasado.
Las autoridades locales afirman enérgicamente que no permitirán trabajos de baja calidad. Sin embargo, es difícil tomar esas declaraciones en serio cuando ya han permitido que ocurra exactamente eso. La confianza de los ciudadanos ha sido socavada, y ahora se espera que las acciones hablen más alto que las palabras.
En última instancia, los parralenses merecen obras de calidad que mejoren su calidad de vida y no que representen una carga adicional. La obra del Periférico Luis Donaldo Colosio es un recordatorio de que la rendición de cuentas y la transparencia deben ser prioridades constantes en la gestión pública, sin importar la filiación política. Los ciudadanos exigen y merecen una inversión responsable de sus recursos.