En la familia MC ha sido testigo de la pérdida de confianza que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha experimentado por parte de su propia gente. Ya no podemos permitir que los viejos vicios y prácticas de siempre nos detengan en nuestro camino hacia un futuro mejor. Hoy, con determinación y unidad, alzamos nuestra voz.
Nuestra exigencia es clara: no nos conformamos con menos de lo que merecemos. Anhelamos un país donde todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades, donde la corrupción no tenga cabida y donde el bienestar de la población sea la máxima prioridad.
Lamentablemente, el PRI ha optado por un camino contrario al que deseamos. Han cedido gubernaturas a Morena a cambio de embajadas y cargos diplomáticos, evidenciando así sus prioridades y dejando de lado el bienestar de los mexicanos. Este tipo de acciones solo aumentan la corrupción que el partido ha acumulado a lo largo del tiempo.
Las encuestas reflejan de manera contundente esta realidad. El PRI es percibido por la población como el partido con mayor índice de corrupción, y los ciudadanos mexicanos somos plenamente conscientes de ello. La mala imagen del partido se incrementa conforme pasa el tiempo, lo cual no hace más que confirmar nuestras preocupaciones.