Alfredo “El Caballo” Lozoya volvió a poner la bandera naranja en Parral este fin de semana, y lo hizo con una receta que mezcla activismo social, espectáculo mediático y un claro propósito político: entrar a la escena pública para posicionarse —y posicionar a Movimiento Ciudadano— como referente moral y operativo en la temprana carrera por la Presidencia Municipal y otros cargos locales.
La entrega de una tonelada de alimento al Centro de Bienestar Animal Proteo y la rifa de dos boletos para el concierto de Shakira —a cambio de donaciones de alimento— son actos que, en la lógica de campaña, generan visibilidad inmediata y buena prensa, una estrategia comprensible luego de que MC aparece rezagado en la fotografía demoscópica local —la encuesta de Massive Caller del 7 de agosto ubica al partido naranja por debajo de los principales contendientes en Parral—, y eso obliga a impactos directos en la calle más que a discursos abstractos.
Hacer visible una causa sensible —bienestar animal— y ligar la movilización ciudadana a incentivos simples y efectivos es una manera rápida de demostrar capacidad de acción y de reencender la maquinaria de base, aunque la política exige, más que imágenes, credibilidad sostenida.
El que Lozoya reparta alimento y rifas hoy, no borra la derrota que dejó atrás a la propia Sol Sánchez en la contienda donde resultó ganador Chava Calderón; ni garantiza que la ciudadanía adopte de inmediato al Caballo como su líder moral local. El dato es claro: la movilización puntual atrae titulares, pero la construcción o recuperación de capital político demanda constancia, redes y, sobre todo, resultados tangibles en problemas urgentes como la crisis del agua.
En ese terreno, Movimiento Ciudadano cuenta con recursos valiosos que Lozoya puede y debe aprovechar para fortalecer su narrativa, ya que, por otro lado, el dirigente estatal y diputado local, Francisco Sánchez Villegas, tomó la representación legal del padre de Jasiel, el niño hallado sin vida en julio, y ha empujado la iniciativa conocida como “Ley Jasiel” para endurecer las sanciones y evitar beneficios anticipados a delitos graves.
Esa postura coloca a MC en el terreno de la defensa de víctimas y el reclamo de justicia, y otorga una materia prima moral que Lozoya bien haría en articular públicamente con responsabilidad y no solo con gestos. Al mismo tiempo, la bancada naranja no está exenta de tensiones internas ni de dudas públicas, si tomamos en cuenta que la diputada Alma Portillo ha subido al podio mediático con recorridos que exhiben decenas de fugas de agua y denuncias por desperdicio que han forzado a la Junta Municipal a moverse en varios puntos.
Esas acciones, si bien la colocan como la voz legislativa que empuja por soluciones estructurales, con amparos y exigencias al órgano municipal, también despiertan en los parralenses recuerdos de su etapa como síndica donde, dicen, no ejerció la misma intensidad fiscalizadora ante promesas o acciones de personajes como Alfredo Lozoya o César Peña.
También le reprochanna Portillo no haber marcado postura sobre tomas clandestinas vinculadas a propiedades del Caballo. En suma: hay capital moral en Alma, pero también sombras que el partido tiene que gestionar y la lectura política es, entonces, doble. En lo táctico, Lozoya hace lo correcto para volver a ser visible: recorre, entrega, motiva la participación con incentivos y se muestra cerca de la gente. En lo estratégico, su desafío es transformar esas apariciones en narrativa sostenida.
Articular el tema del agua, la seguridad y la justicia, donde MC tiene piezas como la “Ley Jasiel” del geodiputado, para ofrecer un proyecto coherente, y no sólo fotos con croquetas y rifas de boletos para conciertos.Si el objetivo es ser el líder moral de MC en Parral, debe presentar un plan público que conecte la generosidad de hoy con políticas reales de mañana, ya que, en eficiencia legislativa, Alfredo no tiene ni una sola iniciativa que presumir.
Finalmente, la incógnita mayor es si Lozoya encabezará esa recomposición o si privilegiará un liderazgo más colectivo y menos mediático. La reacción del electorado y las cifras que hoy muestran a MC en terreno limitado pedirán, tarde o temprano, más que actos filantrópicos: pedirán resultado y coherencia.
El Caballo Lozoya inició bien la reedición de su presencia; ahora viene la parte difícil: sostenerla con proyecto, equipo y, sobre todo, con la construcción de confianza perdida por 8 años de ejercer el poder desde la soberbia, hasta que lo perdieron y, entonces sí, comenzaron a criticar en los nuevos, lo que en ellos nunca estuvo mal, o peor aún, que no se vio.
Enfrente, el PRI tiene a tres diputados muy encaminados, comenzando por Arturo Medina, por ser el que más aparece, seguido por Noel Chávez y luego Memo Ramírez que hace poco le metió turbo. Pero además están Dalila Villalobos Villalobos y Vicencio Chávez haciendo mancuerna, aunque todavía no les alcance para aparecer en las encuestas, así que a los emecistas les urge robar reflectores y saben que van tarde, pero siempre a tiempo para empatar, y ha saben lo que dicen: Caballo que alcanza…
