El H. Ayuntamiento de Parral, durante la Sesión de Cabildo, a petición del regidor del PRI, Loreto Arzola Soria, aprobó retirar la placa instalada en la tumba del General Francisco Villa en donde se menciona al ex alcalde Parral, Alfredo Lozoya Santillán, como el autor de la «generosa contribución», debido a que la remodelacion se encuentra bajo investigación ante la Auditoría Superior del Estado por presuntas irregularidades y se pierde el contexto de un mausoleo o monumento, ya que el verdadero homenajeado es el personaje histórico, y cualquier otra inscripción adicional que resalte al donante desvía la atención del legado original.
La Auditoría Superior del Estado abrió el expediente AECFI258-013/2024, en contra del ex alcalde de Parral, Cesar Peña, mediante el cual señaló que en ningún momento se realizaron licitaciones para ejecutar la instalación de placas de granito, las cuales al poco tiempo de su colocación presentaron fisuras, además no específicó el costo de cada placa adquirida, el flete por su arribo a Parral y el proveedor al que se le compró, lo referente al escultor del rostro en metal del General Francisco Villa, de la obra civil y de la adquisición de los espacios contiguos a la tumba donde se hizo la obra.
Loreto Arzola, además informó que cuando una persona realiza una donación para la restauración o mejora de un edificio público o un mausoleo dedicado a un héroe nacional, se entiende que esta acción se realiza en beneficio del legado histórico y del acceso público a dicho bien. Sin embargo, el acto pierde su carácter altruista cuando el donante busca destacarse a través de la colocación de una placa con su nombre en el mismo espacio donde se rinde homenaje a la figura histórica.
«En el caso específico de la tumba de Francisco Villa, donde Alfredo Lozoya quien presuntamente financió ciertas mejoras, posteriormente colocó una placa con su nombre resaltando su contribución, se genera una situación contraproducente. Los monumentos y mausoleos de héroes nacionales tienen como propósito central preservar la memoria de quienes han dejado una huella imborrable en la historia del país, y su significado no debe diluirse con nombres de benefactores contemporáneos», argumentó.
Detalló que, si un ciudadano decide hacer una donación para la mejora de un hospital, una escuela o cualquier infraestructura pública, el reconocimiento de su contribución puede ser documentado en archivos históricos, memorias administrativas o mediante agradecimientos formales. Sin embargo, en el contexto de un mausoleo o monumento, el verdadero homenajeado es el personaje histórico, y cualquier otra inscripción adicional que resalte al donante desvía la atención del legado original y puede percibirse como un acto de protagonismo.
No se ha determinado cuando la placa que se instaló en julio del 2023, será retirada del histórico lugar.