Redacción de ‘El Papelerito’
El pasado 18 de septiembre, en la región de Guadalupe y Calvo, un comando armado privó de la vida a Raúl Jara, encargado de Seguridad Patrimonial en la unidad Minera San Julián, propiedad de Fresnillo plc.
De acuerdo con versiones internas de la compañía, el trabajador fue interceptado cuando viajaba en el transporte del personal, sin que hasta ahora se haya emitido un informe oficial sobre lo ocurrido.
Lo que más ha causado indignación entre empleados y excolaboradores es el hermetismo con el que tanto la empresa como las autoridades han manejado el caso. A más de una semana del ataque, no se ha publicado comunicado alguno, ni esquela, ni posicionamiento institucional respecto a la muerte del trabajador.
Un excompañero de la víctima difundió una carta en la que reprocha el silencio:
“Me preocupa que la muerte de un trabajador se reduzca al silencio, como si se tratara de una cifra más. Raúl Jara no hizo más que cumplir con el trabajo que la empresa le encomendó: proteger el patrimonio”.
El mismo escrito advierte que cientos de empleados enfrentan riesgos similares en sus traslados diarios a la mina y reclama que el asesinato no debe quedar en el olvido ni ser manejado como un asunto menor.
Hasta el momento, Fresnillo plc ni la autoridad estatal han fijado postura pública sobre este hecho violento que enluta al sector minero en Chihuahua.