Redacción de ‘El Papelerito’
La violencia homicida registró un repunte a nivel nacional, luego de que ayer se contabilizaran 56 asesinatos en México, cifra que representa 12 casos más que en la misma fecha de 2024, cuando se reportaron 44, y 23 más en comparación con el día inmediato anterior, que cerró con 33 víctimas.
Aunque el promedio diario del sexenio se mantiene en 70 homicidios, el comportamiento de la jornada encendió alertas por el salto repentino en la incidencia, que rompe con la tendencia moderada observada en semanas recientes.
De los 56 homicidios, Baja California (7), Guanajuato (6) y Jalisco (5) concentraron 18 casos, es decir, casi uno de cada tres asesinatos ocurridos en el país. Este patrón vuelve a evidenciar que el fenómeno tiene un fuerte componente territorial, con entidades específicas donde los picos de violencia se reactivan con rapidez.
En el caso de Baja California, el incremento resulta especialmente sensible por su impacto mediático y binacional, dada su condición fronteriza. Analistas advierten que, de no responderse con operativos visibles, coordinación entre los gobiernos federal y estatal y un mensaje político claro, el repunte podría escalar y marcar agenda tanto a nivel nacional como internacional.
En el acumulado del sexenio, 31 mil 764 personas han sido víctimas de homicidio, manteniéndose el promedio en 70 asesinatos diarios. Si bien la trayectoria mensual muestra una moderación respecto a 2024, persiste una alta dispersión por entidad, con estados que concentran los repuntes mientras otros mantienen niveles bajos.
Además de Baja California, Guanajuato y Jalisco, Chihuahua figuró entre las entidades con mayor número de homicidios en la jornada, al registrar cuatro casos. En contraste, la mitad de los estados del país reportó cero asesinatos, lo que abre una ventana de oportunidad para consolidar estrategias de contención en las zonas donde la violencia se ha mantenido bajo control.
El desafío, coinciden especialistas, está en actuar con rapidez en los puntos donde se encienden los picos, antes de que estos se conviertan en nuevas tendencias de violencia sostenida.



