Vecinos de la colonia López Portillo expusieron una queja ciudadana en el sentido del peligro latente en el sector, sobre todo para los niños, debido a que, a espaldas del Centro de Bienestar Infantil que se ubica en ese lugar, sujetos consumen drogas, aseguran.
Específicamente en la calle Frijol, hay un área que está convertida en auténtico «picadero» en donde personas se drogan con marihuana y cristal, a decir de los habitantes.
Además, las paredes del Centro de Bienestar Infantil han sido vandalizadas maltratando la pintura con grafitis y utilizando las esquinas de la edificación como baños públicos.

A pesar de los constantes llamados a Seguridad Pública y aunque sí los atienden, los colonos dicen que cuando llegan, o ya no hay nadie o «salen corriendo», por lo que las patrullas «solo dan una vuelta y se van», declaró uno de los denunciantes, al tiempo que señalaba con su dedo la zona utilizada por los vándalos.
«La policía tarda mucho en llegar y los drogadictos ya les agarraron el modo, así que cuando ven a la patrulla, luego, luego se van y rara vez agarran a alguno que se queda, a lo mejor porque ya está muy drogado, pero lo sueltan al día siguiente y al rato ahí están otra vez», declara uno de los vecinos inconformes, quien prefiere omitir su nombre.

El temor de quienes viven en la colonia López Portillo es por la afluencia de niñas y niños, razón por la que exigen la actuación de las autoridades correspondientes y no cuando suceda algún hecho que lamentar y entonces sí, pongan atención.
El Centro de Bienestar Infantil para hijos e hijas de madres trabajadoras tiene capacidad para 100 menores y fue inaugurado en 2017, quedando a cargo del DIF Municipal.





