Redacción de ‘El Papelerito’
La mañana de este miércoles, un incidente aparentemente menor destapó el hartazgo ciudadano en la colonia Emiliano Zapata: dos patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado —repletas de elementos— llegaron para atender la caída de un hombre que fue derribado por unos perros, mientras vecinos les reclamaban la ausencia total de autoridad durante los episodios de violencia del fin de semana en Parral.
El hombre lesionado, con una fractura evidente en una pierna, permanecía en el suelo mientras esperaba la ambulancia. Alrededor, el enojo vecinal explotó sin filtros.
“Ahora sí se ven… ¿dónde estaban el sábado y el domingo?”, soltaron los presentes, recordando la ola de ataques que comenzó en el carril Santa Teresa y se extendió hasta la Puerta del Tiempo, dejando a la ciudad sumida en pánico y parálisis.
“Andan bravos ahorita, pero para cuidarnos nunca”, lanzó otro de los vecinos que aguardaba el camión. Las patrullas, estacionadas sin más, observaban la escena sin responder los reclamos.
Los señalamientos subieron de tono:
“Vayan a buscar a los malos, ¿para qué están aquí nomás viendo al herido?”
La incongruencia fue evidente para los habitantes: en un suceso que requería principalmente atención médica, la presencia policial fue inmediata y numerosa; en contraste, durante los hechos violentos del fin de semana —con víctimas mortales, persecuciones y bloqueos— la ciudadanía percibió una reacción tardía y desarticulada.
El malestar quedó expuesto en la misma calle Revolución Social esquina con 27 de Septiembre, donde ocurrió el accidente: la gente está molesta, desconfiada y cansada de lo que consideran un despliegue selectivo, insuficiente e ineficaz de la seguridad pública.
La indignación no es nueva, pero sí cada vez más abierta. La pregunta que quedó en el aire resume el sentir general:
“¿Será que la ciudadanía está harta de la inseguridad o simplemente ya no confía en quienes deberían protegerla?”



