Las autoridades dieron a conocer los detalles del arresto de una monja que traficaba droga en cárceles y operaba para una organización criminal; así la descubrieron.
De acuerdo con los primeros reportes, la religiosa identificada como Anna Donelli, trabajaba para la mafia calabresa, en Italia.
Las autoridades indicaron que la monja usaba su posición para ingresar a las prisiones y entregar con facilidad las sustancias ilícitas.
demás del tráfico de drogas, Donelli está acusada de:
- Extorsión
- Tráfico de armas
- Recepción de bienes robados
- Usura
- Delitos fiscales
- Blanqueo de capitales
- Intercambio electoral político-mafioso.
¿Cómo descubrieron a la monja que metía droga a las cárceles?
La aprehensión de la novicia fue posible gracias a un operativo encabezado por la Fiscalía Antimafia y la Fiscalía de Brescia.
Gracias a sus investigaciones pudieron comprobar la existencia de una organización criminal de la ‘Ndrangheta que actuaba en la provincia y que había establecido un acuerdo con otros grupos de la periferia de Brescia. Así lo hicieron saber:
Era un acuerdo de mutua asistencia con el fin de llevar a cabo actividades delictivas
El grupo criminal logró ingresar a los penales y enviar mensajes a los reclusos con la ayuda de Sor Anna Donelli, quien al llevar “ayuda espiritual” y arbitrar partidos de futbol, podía ingresar libremente.
Llevaba órdenes, directrices y ayuda moral y material a los asociados, recibiendo a su vez de los presos información útil para planificar mejor las estrategias delictivas
Las autoridades indicaron que la monja tenía alrededor de 15 años como voluntaria en la cárcel de San Vittore de Milán.
Sin embargo, ya había llevado su “mensaje de paz” a las prisiones de Pavia y Roma.
Tenía empresas falsas
Durante el operativo también pusieron bajo arresto domiciliario a los funcionarios italiano Giovanni Acri, exconcejal municipal de Brescia del partido Hermanos de Italia, y Mauro Galeazzi , ex miembro de la Liga en el municipio de Castel Mella.
La mafia calabresa, en la que participaba activamente Anna Donelli, también constituyó múltiples empresas “pantalla” que operaban en el sector del comercio de chatarra.
Se calcula que durante su operación emitieron facturas falsas por unos 12 millones de euros, es decir, más de 256 millones de pesos.
Con ello, permitían que los empresarios cómplices se beneficiaran de la reducción de impuestos y de blanquear el dinero proveniente de los delitos cometidos.