La mediocre actitud persiste en algunos empleados de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento, cuando éste último concepto queda muy distante de cumplirse, ya que se empeñan en hacer lo contrario, y eso continúa generando quejas cada vez que realizan algún trabajo.
Dos trabajadores de la dependencia, ain dar aviso a la propietaria de un domicilio, procedieron a cambiar un medidor de una toma, ocasionando la justificada molestia a la dueña de la vivienda, quien, de entrada, se asustó pensando que le cortarían el servicio, más los empleados le hicieron ver que se trataba de mantenimiento.
Ante ello, el ama de casa regresó tranquila a sus actividades, toda vez que se le hizo saber que el cambio de medidor no tendría costo, pero al paso del tiempo, al salir a revisar, la dama se percató de que los trabajadores se habían retirado.
Para su sorpresa, tras realizar el trabajo y terminarlo, de nueva cuenta sin hacerlo del conocimiento de la propietaria de la casa, se retiraron del lugar dejando un cúmulo de tierra que extrajeron de la caja de registro.
Ello desató el coraje de la mujerx quien de acuerdo a su queja, acababa de realizar limpieza de su banqueta, cuestionando de manera coloquial que “si los empleados así se limpian así el trasero, ¿qué podía esperar ella?».
La inconformidad es constante contra de personal de la JMAS porque no atienden las fugas de agua, dejan trabajos incompletos o los elaboran con materiales de ínfima calidad y dejan zanjas y hoyancos destapados cuando finalizan con las obras.
A ello, se suma ahora la forma en que estas cuadrillas realizan los cambios de medidores, dejando esparcido el escombro, lo cual denota la falta de profesionalismo y la atención que sus superiores dedican a quienes se encargan de los trabajos de campo.



