Rafael Caro Quintero, exfundador del Cártel de Guadalajara, fue trasladado la mañana de este lunes, en medio de un fuerte operativo, a un hospital en Toluca para que se someta a una operación que ya tiene programada.
El narcotraficante salió del Centro de Readaptación Social número 1, conocido como «El Altiplano«, en el Estado de México, en un helicóptero de la Guardia Nacional para ser llevado al Centro Médico “Lic. Adolfo López Mateos”, en la capital de la entidad.
En las imágenes difundidas se muestra al también conocido como «narco de narcos» vistiendo el uniforme color beige como interno del penal con un cubrebocas color blanco y su cabello estaba cubierto con una especie de gorra. El agente de seguridad que lo acompañaba al interior de la aeronave también usaba cubrebocas
Este traslado se da a casi mes y medio de que una jueza federal en el Estado de México concediera una suspensión a Rafael Caro Quintero, en la que determinó que tanto la salud del narcotraficante como su tratamiento son responsabilidad de las autoridades del penal.
Laura Isabel Guerrero Vera, titular del Juzgado Sexto de Distrito en Materia de Amparo y Juicios Federales, otorgó esta medida cautelar dentro del amparo con número de expediente 1666/2024, promovido por Caro Quintero contra las autoridades del penal, a fin de recibir atención médica.
Asimismo, pidió que lo anterior se decidiera con base en «sus padecimientos, estado clínico que presente y con su expediente médico, especialmente por lo que respecta a sus padecimientos urológicos y cardiológicos«.
Lo anterior ocurrió mientras Rafael Caro Quintero busca evitar una posible extradición hacia Estados Unidos, donde lo buscan desde hace cuatro décadas por delitos ligados al narcotráfico.
Caro Quintero fue reaprehendido en julio de 2022 durante un operativo por desplegado por la Secretaria de Marina en Sinaloa, a pocos días después de la visita del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador a su homólogo estadounidense, Joe Biden.
El exlíder del Cártel de Sinaloa es acusado por los delitos de secuestro y asesinato de un agente federal de la DEA, crimen organizado, posesión con intención de distribuir marihuana y cocaína, además de la operación de una empresa criminal.
