La chimenea de la Capilla Sixtina desprendió humo blanco este jueves luego de una larga jornada de votación, lo que indica que uno de los 133 cardenales que se reunieron en el cónclave alcanzó dos tercios de los votos y asumirá como nuevo líder de la Iglesia católica.
El cónclave comenzó este miércoles 7 de mayo con la misa «Pro eligendo pontifice» y una primera votación en la tarde. Sin embargo, tras seis rondas votaciones, los cardenales tomaron una decisión la tarde de jueves, luego de que en dos ocasiones se lanzó la fumata negra, vista por miles de visitantes que acudieron a la plaza de San Pedro.
Durante la mayor parte del último siglo, se han necesitado entre tres y ocho votaciones para elegir a un papa.
Juan Pablo I, quien gobernó la Iglesia durante 33 días en 1978, salió en la tercera votación. Para dar con sucesor, San Juan Pablo II, se necesitaron ocho. Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril, fue elegido en la quinta votación en 2013.
Una vez que un candidato recibe los votos necesarios y acepta, escoge el nombre que tendrá como pontífice y entra en la “Sala de las lágrimas”, llamada así por el peso emocional de la responsabilidad que tiene por delante, para ponerse las vestiduras papales.
Minutos más tarde, es presentado al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro con la proclamación en latín: “Annuntio vobis gaudium magnum: ¡Habemus papam!”, o “Les anuncio una gran alegría: ¡Tenemos papa!”.
A continuación se revela su nombre de bautismo, en latín, seguido por el nombre papal que ha elegido.