Este jueves comenzó Japón con el vertido de las aguas residuales de la planta nuclear de Fukushima al mar, pese a la preocupación de los pescadores y la firme oposición de China, que impuso ya restricciones comerciales contra Tokio.
La descarga de cerca de 540 piscinas olímpicas de agua en el Pacífico, es un gran paso por desmantelar la central, aún demasiado peligrosa, después de 12 años de uno de los más graves accidentes nucleares de la historia.
En un video retransmitido por el operador de la planta TEPCO, se mostró el momento en que personal de la empresa laboraba en computadoras mientras un responsable informaba después de una cuenta regresiva, que «se están abriendo las válvulas cerca de las bombas de trasvase de agua».
OIEA minimiza riesgo por vertido nuclear
Sobre este suceso, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) de la ONU, dio el visto bueno al plan y supervisa el proceso que indica, se ajusta a «las normas internacionales de seguridad» y que asegura tendrá un impacto «insignificante en la población y el medio ambiente».
Pese a las declaraciones de la OIEA, China suspendió sus importaciones de productos del mar procedentes de Japón además de calificar el plan de Tokio de «extremadamente egoísta e irresponsable».
TEPCO asegura que el líquido se sometió a un tratamiento para eliminar todos los radioisótopos a excepción del tritio, que está en niveles más bajos de los que liberan las centrales nucleares operativas.
De acuerdo con la empresa, su capacidad está al límite y requiere hacer espacio para quitar el combustible nuclear y los escombros de los reactores destruidos.
Sobre ello, la OIEA indicó que la concentración de tritio en el agua residual preparada para este primer vertido se ubicaba «muy por debajo del límite operativo de mil 500 bequerelios (Bq) por litro», tras un «análisis realizado de manera independiente en el lugar».
Es unas siete veces menor al límite establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el agua potable (10.000 Bq/litro).
En Corea del Sur, el vertido ha provocado protestas y alarma en la población.
Pero según la empresa, su capacidad está al límite y necesita hacer espacio para quitar el combustible nuclear y los escombros de los reactores destruidos.
TEPCO asegura que este líquido se sometió a un tratamiento para eliminar todos los radioisótopos a excepción del tritio, que se encuentra en niveles inocuos y más bajos de los que liberan las centrales nucleares operativas, incluida en China.
El vertido del agua al mar será muy progresivo y se acabará hasta el año 2050.
