En Ciudad Juárez, dos figuras de Morena se encuentran bajo severo escrutinio, cada uno enfrentando acusaciones que, más allá de su veracidad, dejan en evidencia la dura guerra interna que vive el partido rumbo a la lucha por la gubernatura de Chihuahua.
Cuando el nombre de la senadora Andrea Chávez comenzó a sonar como posible candidata al gobierno estatal, apenas unos meses después de que el senador Adán Augusto López Hernández la impulsara en el poderoso Grupo Tabasco, nadie imaginó que ese respaldo la arrastraría a un escándalo ajeno.
El estallido se desató con la detención de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de aquel estado y mano derecha de Adán cuando era gobernador, hoy acusado por la Fiscalía local de pertenecer al cártel “La Barredora”.
De la noche a la mañana, cada faceta de la trayectoria política de Chávez Treviño fue mirada con lupa: denuncias por enriquecimiento ilícito y operaciones con recursos de procedencia ilícita, presentadas en abril ante la FGR, cobraron nueva fuerza al asociarlas con un personaje señalado por la DEA y la Fiscalía tabasqueña como criminal.
El PAN de Chihuahua no tardó en hacer campaña mediática: “¿Quién financia sus giras y espectaculares?”, reprocha Daniela Álvarez, presidenta del partido albiazul, acusando al llamado “Cártel de Tabasco” de patrocinar a la senadora. La pregunta subyacente es ineludible: ¿puede una aspirante ver empañada su imagen por los errores —o delitos— de sus padrinos políticos?
En un partido que pregona el distanciarse de viejas prácticas de corrupción, los trazos de esta mancha se aclaran en un contexto donde la justicia federal puede verse presionada. Y en política, la percepción pesa más que la verdad absoluta.
El caso de Hernán Bermúdez para Adán Augusto es lo que Género García Luna para Felipe Calderón, así que ahora, al ver Andrea que no puede usar esa cantaleta del secretario de Seguridad venido a narco, volcó su estrategia a señalar a la hermana de Xóchitl Gálvez -excandidata presidencial del PRIAN- detenida por secuestro, pero esa, es otra historia. Al final, la joven senadora fue salpicada y carga con la sombra de Tabasco.
Apenas unos días después de que Juárez volteara hacia Chávez Treviño, el foco migró al alcalde Cruz Pérez Cuéllar. Versiones no confirmadas por la DEA, pero filtradas al Department of Justice, apuntan a un rastreo de cuentas en Texas, Nuevo México y Nevada por presunto lavado de dinero. Aunque no hay cargos formales ni acusación directa, la sola insinuación coloca a Pérez Cuéllar en una encrucijada, porque, al ser el más aventajado por las encuestas para quedarse con la candidatura de Morena para ser gobernador de Chihuahua, es también el blanco más fácil para una posible campaña de desprestigio.
En el actual torneo interno de Morena, donde todos aspiran a la candidatura estatal, estas revelaciones funcionan como armas de doble filo. ¿Se trata de un golpe legítimo de inteligencia estadounidense contra un político bajo sospecha o de un maquillaje mediático concebido para debilitarlo en la pelea por la silla de Palacio de Gobierno? El contexto señala que una “guerra sucia” al estilo 2006, se está gestando, con filtraciones orquestadas y acusaciones que no esperan sentencia para circular en redes.
El coordinador de los diputados cuatroteístas en el Congreso local, Cuauhtémoc Estrada, juega su parte: «que investiguen a Cruz, pero sin adelantarnos y sin especulaciones», dijo, «y que investiguen también a Andrea y a Adán Augusto», remató. ¡Claro! ¡Que los quiten del camino para que Ariadna Montiel avance!
Mientras tanto, los juarenses observan con escepticismo. Los laberintos judiciales mezclados con intrigas partidistas hacen que los electores parezcan espectadores de un culebrón donde los protagonistas, Andrea Chávez y Cruz Pérez Cuéllar, luchan no solo por sus aspiraciones, sino por limpiar su nombre.
El reto para Morena consistirá en demostrar que, si bien el poder es terreno fértil para el politicking más sucio, la justicia —federal y estatal— puede enderezar el rumbo. Solo así la 4T recuperará credibilidad en la frontera más golpeada del país.
¡Y critican a Duarte teniendo a Corral!
