Desde 2016, Noel Chávez aspira a ser diputado federal, una carrera que no pudo emprender en 2018 porque Graciela Ortiz se hizo de la candidatura y era indiscutible pensar siquiera en competirle internamente, ya que gozaba del poder que le daba ser senadora en turno y relaciones al más alto nivel en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Tampoco pudo, el entonces alcalde guadalupense, aterrizar su deseo en 2021, pues hubo alianza para que Ángeles Gutiérrez representara a las siglas priistas y panistas, lo que a la postre terminó en un arrepentimiento tricolor al ver que, por sí solos, habrían ganado el noveno Distrito que perdió Chela en el ’18, ya que la maestra registró más sufragios del PRI que del PAN.
Ese mismo año, el 2021, al ver que nada se podía hacer por el 9º federal, Noel Chávez Velázquez pidió el Distrito 22 local, cuya cabecera es Guachochi, y Arturo Medina quería el 21, que en ese momento lo tenía Betty Chávez y a quien la senadora no tenía intenciones de apoyar para que volviera a ser candidata. El exalcalde de Balleza argumentaba, a su favor, que cuenta con domicilio en Parral y el arraigo no representaría problema, pero los planes de Chela eran otros: ya tenía en la mira a Edgar Piñón por recomendación de Memo Ramírez Gutiérrez y le daría a Arturo el 22, dejando a Noel fuera de la jugada.
Pero el expresidente de Guadalupe y Calvo se dio cuenta a tiempo y fue entonces cuando preparó una jugada maestra que implicaba pasar por encima de su amigo ballezano, y a través de otros actores externos al PRI que, sin darse cuenta, cayeron en el juego de Chávez Velázquez y le ayudaron a consolidar una extorsión política digna de una serie de Netflix que le funcionó y con la que dobló a la poderosa “licenciada” y al mismo partido.
Resulta que pactó con Juan Carlos Loera, entonces candidato a gobernador por Morena, para hacer fórmula con él, ofreciéndole a cambio todo su capital político en la sierra, consolidado durante cinco años que estuvo en la alcaldía de Guadalupe y Calvo, cuna del priísmo en la sierra Tarahumara, a cambio de que le diera a él la candidatura a la diputación federal – que, a propósito, ya trabajaba Otto Valles para su hijo – obteniendo una respuesta positiva, por lo que, nmediatamente, se pusieron a negociar los detalles, mientras el superdelegado de los programas de Bienestar, ingenuo, se relamía los bigotes por lo que representaría para su campaña ese acuerdo y el eventual triunfo para Morena de ese distrito históricamente priísta.
Fue ahí donde comenzó la extorsión de Noel Chávez, quien se encargó de hacer llegar el rumor a oídos de Chela Ortiz de que ya había pactado con el partido de López Obrador y abandonaría al PRI, dicho en sus propias palabras en un evento en el salón “de arriba” del Jardín Español: “si no me dan la candidatura a diputado local, les desfondo la campaña”, en referencia no solo al distrito noveno, sino al 21 y al 22 donde tenía influencia, una apuesta que ganó, aunque su relación con Loera de La Rosa se resquebrajó a tal grado que el superdelegado no lo baja de traicionero.
Es así que hubo un drástico cambio de planes. Ortiz González replanteó el escenario con Alex Domínguez, que en ese momento era presidente estatal interino del partido, ante la salida de Omar Bazán, quien condicionó dejar la dirigencia en paz a cambio de la diputación local plurinominal, porque también querían dejarlo sin nada.
Pero regresando al caso que nos ocupa y, ante el temor de que Noel les cumpliera la amenaza, deciden darle el Distrito 22 y a Arturo Medina, quien ostentaba la alcaldía de Balleza, decirle “gracias por participar”, lo que ya representaba otro problema similar, pues él y su hermano, Augusto, gozan de una pesada influencia en aquella región, de tal forma que les ofrecieron repetir en la Presidencia Municipal, pero en la figura, precisamente de Augusto, y prometerle a Arturo la diputación local del 22 para el 2024, cerrando así la pinza y extinguiendo el conflicto.
La extorsión de Noel Chávez se consumó y desde ese mismo momento comenzó, de nuevo, a preparar su campaña rumbo al Congreso de la Unión, aunque ahora no depende enteramente de Graciela Ortiz, sino también de Maru Campos, porque si fuese por la primera, lo dejaría sin nada, ni la reelección siquiera, pues es de las que no olvida afrentas como la que se atrevió a hacerle el de Guadalupe y Calvo, quien de todas formas no la tiene segura porque pueden cambiarle la pitchada con el factor género, que es lo que busca la maestra Ángeles Gutiérrez y también la exdiputada Betty Chávez, ambas con excelsas relaciones con la gobernadora, que lleva mano en las designaciones.
Por eso se entiende que Chávez Velázquez haya sacrificado la Presidencia del Congreso para el PRI y negociado dársela a Adriana Terrazas Porras, para lo que hubo hasta que modificar la ley y permitir la reelección en el máximo cargo del Palacio legislativo local, a cambio de que a él le dieran la Junta de Coordinación Política y negociar desde ahí los acuerdos al interior del Congreso, pero también el amarre de la candidatura por el Noveno Distrito.
Noel no cuenta ya con ese respaldo ciudadano que presumía, y eso lo saben en todos lados, pero todavía pesa más la fama de pretender hacer creer que sí, aunque bastaría cuestionar qué ha hecho en beneficio de sus representados y, sobre todo, de los parralenses, cabecera de la diputación federal que busca, si los apoyos que “entrega” son de la Secretaría de Desarrollo Humano y Bien Común y de la de Pueblos Indígenas, y él únicamente posa para la foto; si la carretera de Guadalupe y Calvo a Badiraguato es de Gobierno Federal; sino fue capaz de coordinar a cinco diputados y también le dio la espalda a Omar Bazán, quien lo impulsó cuando dirigía el PRI.
Valdría la pena preguntar cuál es el programa de trabajo en favor de los recursos forestales, Comisión que preside; o qué ha hecho por la organización, sistematización, eficiencia y salvaguarda del archivo del Congreso del Estado, porque si bien asume como vocal del Comité Editorial y de Biblioteca, únicamente se han reunido una vez en toda la legislatura y eso fue el año pasado.
¿Qué ha hecho en favor de la ganadería y el desarrollo rural, o por el medio ambiente o por los pueblos y comunidades indígenas? Además de apoyos asistencialistas que, como ya se mencionó, bajan de las secretarías de Carla Rivas y de Enrique Rascón; y en general, cuántas de las 37 iniciativas presentadas han derivado en beneficios tangibles para la ciudadanía, porque de diputados levantamanos está saturada la Cámara Baja.