El tropezón que sufrió Samuel García al perder la precandidatura y, por ende, la eventual candidatura Presidencial, aunado a que, a punto estuvo de perder la propia gubernatura de Nuevo León, producto de su inmadurez para hacer eso que llaman «la nueva política» muy al estilo naranja: atrabancandos y pisoteando la ley, provocó un efecto dominó en todos aquellos que ya se frotaban las manos esperando el efecto fosfo fosfo en sus aspiraciones políticas.
Pero esa fosforescencia terminó encandilándolos, luego de que el mismo compadre de Samuel, el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, desaprobara las acciones de García, sumado que el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, criticó a Dante Delgado por su falta de claridad y los errores cometidos, llegando casi al punto de la ruptura con Movimiento Ciudadano; y que el dirigente emecista en la Ciudad de México, Héctor Hugo Hernández, se sumó al panista Santiago Taboada para no prestarse al juego de Dante de restarle votos al PRIAN apoyando a Morena; y otros más que se fueron con Claudia Sheinbaum, como Miguel Rigss en Chihuahua, y hasta al PRI, como Fermín Ordoñez, son muestras clarísimas de que MC va en caída libre.
A nivel local, es decir, en Parral, el geoestratega Francisco Sánchez se tuvo que tragar sus elogios para Samuel y apurar la rifa de los tenis que hizo famosos Mariana Rodríguez, porque, así como presumió que en 10 días sacudieron a la política del país, guardó silencio para aceptar que en una sola noche se les cayó el teatro, el candidato, la campaña, el discurso y hasta la emoción. Ya hasta había anunciado una gira proselitista del gobernador de Nuevo León en su calidad de precandidato a Chihuahua para el mes de enero, en la que Sánchez Villegas se ostentaba como organizador. Nada habrá de eso ya. ¡Y es que perder una precandidatura única es ya de plano ser mal político!
Continuando con lo local, el pésimo desempeño de César Peña como el primer alcalde de Movimiento Ciudadano en Parral, mandó a ese partido al sótano de las preferencias, luego de que a Alfredo Lozoya le costó 5 años llevarlo a la cima, desde que llegó como independiente, para que su ahijado político lo desplomara en tan solo un año. ¡Que frustrante ha de ser eso! Y todavía así pretendía Peña que lo consideraran para la reelección.
Pero la verdad es que ninguno de los aspirantes prende: ni Díaz, ni Camarena, menos alguno de los regidores. Es más, ni el geodiputado ganaría una elección por tierra, solo basta recordar que su curul se la arrebató a Amín Corral, lo que derivó en el quiebre de éste con el partido naranja. Luego es fácil entender porqué “El Caballo” considere únicamente a Sol Sánchez o a él mismo para encabezar las candidaturas, si son los únicos que aseguran, al menos, competitividad, porque ya ni siquiera el triunfo, pero con cualquiera de los demás, la derrota está anunciada.
Los recientes movimientos en el gabinete de Presidencia obedecen a una limpieza de la casa, sí, pero también a conformar un frente que les sirva en la campaña. Por eso le hicieron casita a César hasta dejarlo sin ninguna persona de confianza. Si él porque ostenta el membrete de alcalde, sino ya lo hubieran sacado también, aunque Rabling sigue listo para arrancar si se lo piden, porque el que está nomás no dio – ni dará – una a estas alturas.