Siempre se ha dicho que, en el béisbol y en la politica, Parral se cuece aparte, y no es una ocurrencia dicha al azar, sino resultado de años de experiencia de sucesos que han hecho de ésta, sí, la Capital del Mundo, literalmente.
El timing político es crucial para que funcione o no una estrategia, de tal modo que nadie cree que la Fiscalía Anticorrupción actuó de forma autónoma contra Cruz Pérez Cuéllar, que no contra el exfuncionario Daniel Simón Pando Morales, el dueño de la casa asegurada, la misma que, hasta ayer, habitaba el alcalde con licencia de Ciudad Juárez.
Maru Campos repite las prácticas de Javier Corral, y las de César Duarte: todo el peso del Estado contra los adversarios políticos, con las ironías de la vida de que ambos, Maru y Cruz, son de estirpe duartista. Y no es que Pérez Cuéllar sea un Santo, ni que no pesen sobre él acusaciones de presunta corrupción, pero ¿por qué el día previo al inicio de las campañas locales?
En 2021 le sucedió a Miguel Jurado Prieto cuando Javier Corral envió a catear la casa de uno de los hijos del entonces candidato priista a la alcaldía de Parral, hoy suplente de Otto Valles, ambos crucistas. La propia Maru fue víctima de una férrea persecución de su antecesor en su intento por descarrilarla para que no obtuviera la candidatura a gobernadora, sino que llegara el «vato», Gustavo Madero. En todos los casos, los perseguidos se convirtieron en víctimas: Maru y Otto de Corral; y ahora, Cruz de Campos Galván.
La agenda de la gobernadora y de Pérez Cuellar en esta ciudad la noche que arrancan las campañas, no son coincidencias fortuitas; son, en cambio, movimientos calculados en la danza delicada del poder, porque los datos de proyección para 2024 sugieren una batalla encarnizada por la supremacía política. Morena, fortalecida pero no invulnerable, enfrenta el desafío de consolidar su base, y en el Estado tiene un bastión: Jáurez, que va favorito y casi casi libre; y una gran oportunidad: Parral, que también va puntero, pero no libre.
Si Cruz se reelige en la frontera, también conocida como la vicegubernatura, se convertiría en el candidato ideal para 2027, y éste tiene su grupo más fuerte en la región sur, encabezado por Valles Baca, quien trae detrás de sí a Chava Calderón, el abanderado prianista. ¡A eso viene Maru! A imprimir confianza entre priistas, panistas y perredistas contra la amenaza latente de que, por primera vez, gobierne Morena la capital del mundo. Entonces, hay que pegarle a la cabeza, y el arrimón de lumbre para Pérez Cuéllar fue la primera muestra de lo que se avecina.
En las sombras, las reuniones a puerta cerrada y las sesiones de estrategia, apuntan a una batalla implícita por la lealtad y el soporte en una región donde cada voto es un tesoro disputado. La Fiscalía Anticorrupción, al asegurar la vivienda de un funcionario vinculado a la esfera de influencia de Pérez Cuellar, añade un matiz de drama y especulación que no puede ser ignorado.
El que los reflectores estén todos en Parral al inicio de las campañas, demuestra que es aquí el epicentro de la verdadera grilla. Un termómetro para el resto del Estado. ¡Maru, Cruz y hasta Alfredo Lozoya están aquí!
Para Morena, la tarea es clara pero ardua: fortalecer la lealtad, disipar las dudas al electorado presentar una visión convincente para el futuro. El PRIAN debe convencer con su narrativa de unidad. Movimiento Ciudadano, por su parte, dejar, como ha venido haciéndolo, que los punteros se hagan garras entre sí y a ellos les permita avanzar, operar con los recursos de Presidencia sin que los volteen a ver.
Maru Campos le pega a Cruz, por ende a Otto, porque saben que a MC lo tienen de aliado. Saben que si ganara Sol o Francisco, ayudarán en la gobernabilidad, incluso Memo Ramírez; no así Valles Baca ni Vanessa Terrazas. Nada les han enseñado los años. Publicidad gratis y a nivel estatal para Pérez Cuéllar, y en lo local, arranque anticipado para Morena, disfrazado de rueda de prensa porque el tema de la residencia daba para eso y sin violar la ley.
¡Que comiencen los juegos del hambre!