Con la soberbia que acompaña al triunfo en las urnas del pasado 2 de junio, el diputado local electo del Distrito 21, Guillermo Ramírez Gutiérrez, comenzó a ofrecer posiciones en el gabinete estatal ampliado, es decir, en dependencias e instituciones donde los cargos van de direcciones a delegaciones y subdelegaciones, entre otras, con el argumento de que tendrá el poder del voto legislativo como moneda de cambio.
No son pocos los que han escuchado de viva voz de Memo la oferta de colocarlos a partir del último trimestre del año, o a más tardar en los primeros meses del 2025, en puestos en el edificio de gobierno de la avenida 20 de noviembre y en instituciones educativas que dependen del Estado, como el Conalep, por ejemplo, donde ya visualiza a uno de los suyos para ocupar la silla de Eva Espinoza.
El argumento de Ramírez Gutiérrez es que, como Chava Calderón, considerado panista, fue quien se quedó con a la alcaldía y podrá acomodar allí a los suyos, entonces él, Memo, pedirá posiciones para los priistas, pero no para todos, claro está, sino para su muy cerrado y reducido círculo, en la nómina estatal.
El plan del diputado electo, nos cuentan, es presionar a la gobernadora, al estilo Francisco Sánchez, es decir, condicionar su voto en el Congreso del Estado en los temas torales a cambio de puestos y del moche cabezas de funcionarios actuales. ¡De ese tamaño!
Aunque tampoco es que sea nada nuevo, si el mismo Edgar Piñón vendió caro uno de sus últimos apoyos a la Reforma Judicial para salvar, irónicamente, a Ramón Arredondo de que lo corrieran de Desarrollo Humano y Bien Común, y no les votó a favor hasta que reintegraron al exsíndico, hoy suplente de Memo. Es decir, son prácticas que cada uno de los 33 diputados locales mantienen activas, así que tampoco es que sorprenda.
A propósito de Ramón, nos platicaron que sospecha que solo fue utilizado para ayudarle a ganar a Ramírez, dada su experiencia en terreno y su cercanía con las presidentas seccionales y, en sí, su experiencia en campañas que le ha valido un capital político que, incluso, fue buscado por Lozoya en sus tiempos. La preocupación de Arredondo es porque no sabe si Memo cambió de teléfono y perdió su contacto porque ya no le contesta el teléfono y lo deja en visto.
Lo relevante es que el diputado electo esté pregonando que su objetivo tiene más que ver con vendettas personales que con ayudar a los suyos con meterlos a la siempre generosa nómina estatal. Para decirlo más claro, lo que Ramírez busca es cortar cabezas de priistas y panistas por igual que se acomodaron en el primer trienio de Maru Campos.
Y es que, embriagado por la victoria, Guillermo Ramírez jura y perjura que fue su figura la que arrastró a Noel Chávez en los municipios que coinciden en ambos distritos, el 21 y el 09, y no al revés. Que fue él quien hizo ganar a Chava y a la propia Dalila, y además, su madrina Chela Ortiz bajará la instrucción de que se quede con la coordinación de la bancada priista en el Congreso del Estado.