La iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en la ciudad de Chihuahua se encontró a reventar por los feligreses que acudieron a la misa de cuerpo presente de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín César Mora Salazar, asesinados en el poblado de Cerocahui, municipio de Urique, por un líder criminal apodado «El Chueco».
Incluso hay feligreses que no alcanzaron lugar adentro del templo, por lo que optaron por tomar asiento en una carpa instalada afuera sobre la avenida 20 de Noviembre.
Aun así, el espacio fue insuficiente, por lo que muchos se quedaron afuera y de pie en las aceras, con sombreros y sombrillas para cubrirse un poco del sol.
Fueron cientos de chihuahuenses quienes arribaron a la iglesia para despedir a los sacerdotes jesuitas, cuyas violentas muertes sacudieron no solo al estado, sino al Vaticano mismo.
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