Ya habíamos revelado en una entrega anterior sobre los malos tratos que Teresita Ruiz brindaba a sus subordinados en su paso por la Coordinación del programa Sembrando Vida, además de los calificativos despectivos con los que se refería a los beneficiarios, llamándolos gatos, nacos e indios, comportamientos que le valieron, al menos, 25 denuncias por hostigamiento y acoso laboral, entre otros.
Recientemente, habitantes de la sierra denunciaron que les obligan a permitir la colocación de publicidad de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum en las fachadas de sus domicilios, lo que, a la vez, funciona como una “marca” para saber que, además de beneficiarios, apoyarían la causa morenista, lo que les aseguraría, según los Servidores de la Nación, continuar en el padrón para seguir recibiendo las pensiones y becas asistencialistas que otorga el Gobierno Federal.
Ningún señalamiento ha desmentido la candidata a diputada federal, Teresita Ruiz, quien, no solo ha mantenido estas nocivas prácticas, sino que las ha extendido para otros fines que servirían a su campaña, como lo recientemente denunciado a través de grupos de WhatsApp, sobre la exigencia de la que están siendo víctimas los empleados de Sembrando Vida para que dispongan de sus vehículos particulares para trasladar a compañeros que no cuentan con medios para asistir al evento de cierre de campaña de Claudia Sheinbaum en Chihuahua, lo que, a decir de los mismos quejosos, es obligatorio.
La instrucción de Teresita sería subir a los que quepan en cada carro o camioneta, ir al evento para cumplir la cuota de acarreados de la Coordinación Estatal de Sembrando Vida, con sus propios viáticos, claro está, y terminado el mismo, devolverse a Carichí, e ir repartiendo a cada uno de ellos en sus respectivas comunidades y hasta la puerta de cada casa, cual si fuera Uber.
Los audios de WhatsApp son muy claros al respecto y dicen que, por órdenes de nuestros jefes inmediatos, este miércoles 22 de mayo en Carichí tendremos una salida a Chihuahua para dar apoyo a nuestra jefa de trabajo, Teresita Ruiz, y que se tomará lista de asistencia, es decir, que contará como día de trabajo y cada coordinador debe enviar un reporte con los que sí asistieron.
La justificación es que andan muy escasos de transporte, según la voz del audio mensaje, por lo que piden la cooperación a los sembradores, como llaman a los trabajadores, para que les “echen la mano” para llevar a la gente, pero esa solicitud de cooperación va rematada de un recordatorio de que es un compromiso como empleados el acudir y colaborar con los eventos como integrantes del programa, de lo contrario, habría consecuencias.
La advertencia es que, supuestamente y por declaraciones de los mismos denunciantes, ese “compromiso” se firmó el día que entraron a laborar en la Coordinación “para que por favor también lo tomen en cuenta”, cierra amablemente el mensaje, lo que tiene en el hartazgo a las personas que, por miedo a perder su trabajo, hacen lo que les piden y denuncian, sí, pero bajo el anonimato, porque ya vieron que hacerlo por la vía legal sirve para dos cosas, ya que si con 25 demandas hicieron candidata a Teresita Ruiz, ¿qué le pueden hacer un par más?, se preguntan.
Mucho han insistido desde la oposición de la falsedad de las amenazas de que desaparecerán las pensiones y las becas, si el mismo AMLO se encargó, a través de sus legisladores, de elevarlas a rango constitucional, pero parece que a Morena le sigue funcionando el miedo como medio para coaccionar el voto. ¿Y las autoridades electorales? ¡Bien gracias!
En medio de todo, el común denominador sigue siendo una persona: Teresita Ruiz Anchondo, quien ni sufre ni se acongoja por los múltiples señalamientos, al cabo, como ella ha presumido, no le hacen nada por sus influencias en el Comité Ejecutivo Nacional de Morena, lo que ha de ser muy cierto, porque ahí sigue haciendo campaña.