Para dimensionar el rompimiento del grupo Jalisco con Movimiento Ciudadano, van algunos datos:
-En 2021, MC ganó solamente 7 de los 300 distritos electorales federales, y todos ellos en Jalisco, en el resto del país no ganó ninguno.
-Jalisco fue el único estado donde la votación por MC superó el 30% (el estado que le sigue no supera el 20%) y también fue el único donde su votación superó a las Alianzas MORENA-PT-PV y PAN-PRI-PRD.
-Jalisco no solo es el que más votos por MC tuvo, sino que esos votos superan a los que suman 23 entidades para ese partido (y supera por más del doble al estado que le sigue)
-De los 32 congresos estatales, el único donde MC tiene la mayoría es Jalisco.
De este tamaño es el cisma que se vivió esta semana en MC y así su importancia en la contienda rumbo al 2024.
A lo anterior, datos duros por cierto, habría que sumarle el rompimiento público de Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, con Dante Delgado, coordinador nacional del partido naranja, al que se le unieron el exdirigente nacional Clemente Castañeda y la diputada Verónica Delgadillo, quienes, al unísono, demandaron al líder que no anteponga los intereses particulares.
Luis Donaldo Colosio, el alcalde de Monterrey, le entró al tema como mediador pero no hizo ningún eco su llamado al diálogo. Y es que Dante alimenta las sospechas de jugar a favor de Morena para restarle votos al Frente Amplio Por México y, a sabiendas que no cuentan con ninguna posibilidad siquiera de competir por la Presidencia de la República, sí puede mermar la votación contra la oposición a cambio de beneficios aún desconocidos.
A nivel estatal, en Chihuahua, MC ha perdido plusvalía en el Congreso del Estado con la «incorporación» de facto de la morenista y presidenta de la Mesa Directiva, Adriana Terrazas, al bloque prianista. Pero además, la microbancada que de por sí estaba pobre con dos diputados al iniciar y que se debilitó cuando Ilse América García Soto se rebeló y abandonó a Francisco Sánchez Villegas, ahora vale muy poco, pero todavía puede ser útil para otras negociaciones.
Y a nivel meramente local, en Parral, cada vez son más los desencantados y han perdido importantes activos como Miguel Orquiz y el «famoso» Limas, ahora operadores de Amín Corral en su búsqueda por la candidatura a la Presidencia Municipal. Por si eso no bastara, las encuestas colocan a Movimiento Ciudadano por debajo del PAN y del PRI y eso ya calienta, porque lo de ser la primera fuerza en el municipio, ya es de mero membrete y conservan esa categoría únicamente porque están en la alcaldía, pero no porque gocen de la preferencia del electorado.
Según Massive Caller, MC tiene apenas un 12% de menciones como partido rumbo al 2024 en Parral, pero las aspiraciones de César Peña para reelegirse, no llegan ni al 30 por ciento, es decir, menos de tres de cada diez parralenses apoyarían su proyecto para un segundo periodo.
El único, y hay que decirlo, que mantiene saldo, aunque no el mismo ni tan alto como durante los últimos seis años (2016-2022), es el líder moral Alfredo Lozoya, quien sigue en la disyuntiva de irse por la curul plurinominal al Senado o rescatar lo poco que le queda al emecismo, postulándose él mismo como candidato a alcalde de la Capital del Mundo -que no de lo bueno-, porque de otra forma no se ve cómo César, Camarena, Héctor o la propia Sol, puedan ganarle a un Otto Valles o incluso a una alianza prianista.
Regresando al escenario nacional, la única bocanada de oxígeno a la que podría aspirar MC es si Marcelo Ebrard, desencantado de lo que siempre supo, que AMLO aplicaría el dedazo a favor de Claudia Sheinbaum, se vaya a abanderar las siglas naranjas, consciente de que igual tampoco le alcanzaría para ganar, pero sí para desfondar a Morena y darle ventaja al FAM.
Al tiempo.