Decenas de derechohabientes del ISSSTE que acudieron a surtir sus recetas durante la mañana del jueves 27 de febrero, fueron devueltos por los encargados de atender la farmacia ya que, en sus palabras, no había medicamento.
«No hay medicinas hasta la semana que entra», gritó un empleado del Instituto, mientras hacía señas con sus manos para indicar a quienes estaban formados que se retiraran.
Lo anterior subió en el Hospital Lázaro Cárdenas de la ciudad de Chihuahua desde donde, el pasado jueves 13 de febrero, la senadora Andrea Chávez inició una gira de supervisión por distintas clínicas del Estado que pertenecen a este sistema de salud, al que reconoció que es uno de los que presenta mayor rezago y carencias.
Adultos mayores habían hecho hasta dos horas de espera con la esperanza de que les abastecieran de las medicinas prescritas por su médico familiar hasta que, casi al mediodía, alguien preguntó específicamente por alguna fórmula y le dijeron que no había, que no tenían nada, ni insulina, ni ansiolíticos, ni siquiera para un dolor de cabeza.
El Hospital Lázaro Cárdenas ha cancelado cirugías y servicios de quimioterapia por falta de agua potable corriente, además de que no funciona ni la calefacción ni el aire acondicionado, entre muchas otras deficiencias que han sido objeto de manifestaciones, tanto de usuarios como de trabajadores, especialmente cuando está en discusión de aprobación la reforma a la Ley del ISSSTE planteada por la presidenta Claudia Sheinbaum.