Un nuevo ataque armado contra elementos que integran la célula de Bases de Operaciones Interinstitucionales (BOI) se registró Guadalupe y Calvo cuando atendían el hallazgo del hombre ejecutado, embalado y quemado en la comunidad de El Carnero.
Los mismos agentes y militares reportaron una «situación de alto riesgo» al escuchar balazos ver presuntos sicarios que los superaban en armamento, además de escuchar explosiones.
Según palabras de los elementos, los civiles armados ahora traen también equipos antidrones.
A uno de los tres cuerpos sin vida que encontraron, le dejaron una cartulina que le atribuía la agresión contra el sacerdote el viernes 17 de enero y lo relaciona con el grupo delincuencial «La Línea».