Redacción de ‘El Papelerito’
Tras la jornada de violencia registrada este sábado en el carril Santa Teresa y puntos cercanos a la carretera Parral–Jiménez, la ciudad resiente ya los efectos inmediatos en la vida pública.
Autoridades municipales y organizadores suspendieron eventos masivos programados para este fin de semana, como medida preventiva ante el riesgo de que los hechos armados se extiendan hacia la mancha urbana.
El ambiente de incertidumbre también alcanzó a la iniciativa privada: varios bares decidieron no abrir sus puertas esta noche, mientras que restaurantes y cafeterías optaron por cerrar antes de su horario habitual. En algunos casos, los propios dueños enviaron temprano a sus empleados a casa para evitar cualquier exposición innecesaria.
Aunque no se han reportado incidentes dentro de la ciudad, el clima generado tras los ataques —que dejaron muertos, bloqueos y vehículos atravesados— modificó de golpe la dinámica cotidiana de Parral, que hoy opera bajo una cautela generalizada mientras continúan los operativos estatales y federales en las brechas y zonas donde ocurrieron las agresiones.



