Redacción de ‘El Papelerito’
La regidora Sashel Sánchez presentó ante el H. Ayuntamiento de Rosales la propuesta para la creación del Cabildo de Mujeres, inspirada en el modelo exitoso implementado en Chihuahua capital.
Esta iniciativa buscaba establecer un espacio formal donde las mujeres del municipio pudieran participar activamente en la vida pública, expresar sus propuestas, visibilizar sus problemáticas y contribuir al diseño de políticas con enfoque de género.
Mientras otras ciudades en el estado avanzan en reconocer la voz ciudadana femenina como parte esencial de la gobernanza, Rosales decidió rechazar esta propuesta. El argumento: “no estaban de acuerdo con el nombre”. Un motivo superficial que provocó una decisión institucional con profundas implicaciones.
Durante la sesión de cabildo, votaron en contra los regidores Eduardo Tarango Romero, Saray Márquez Giner, Luis David Bañuelos Bañuelos, Joel Mendoza Sigala y David Carrillo Carrillo. Las regidoras Brissa Olivia Márquez Gutiérrez y Erika Aldaz Márquez se abstuvieron, mientras que Ricardo Carrillo Cárdenas, Tayde Bibiana Leyva Ramírez y Johana Rivera Rodríguez votaron a favor. La postura de Aurora Díaz Loya quedó pendiente de emitir. Por su parte, el presidente municipal Pepe Andujo se mantuvo en silencio, sin pronunciamiento.
¿Por qué esta negativa importa?
- Obstruye la participación ciudadana de las mujeres, negándoles un canal legítimo de diálogo y acción comunitaria.
- Rechaza un modelo que ya funciona en otros municipios, como Chihuahua capital.
- Relega temas sensibles a segundo plano, demostrando indiferencia ante realidades sociales urgentes.
- Consolida una cultura de exclusión, al desestimar propuestas que buscan sumar.
- Refleja una desconexión institucional, entre quienes gobiernan y quienes viven las consecuencias de la desigualdad.
La regidora Sashel Sánchez compartió que, ese mismo día, vivió una situación delicada con una vecina madre soltera. Una experiencia que evidenció —más allá de los números o las votaciones— por qué este espacio es necesario.
“Hoy más que nunca vi la urgencia. Vi lo que significa no tener voz, no tener respaldo institucional. Y al salir de esa situación, encontrarme con la negativa a esta propuesta fue una doble herida. El Cabildo de Mujeres es para ellas, para nosotras. No podemos seguir ignorando lo que pasa en nuestras colonias, en nuestras calles, en nuestras casas”, expresó con firmeza.
La regidora reafirmó su compromiso de continuar impulsando propuestas que dignifiquen la participación femenina, que escuchen las realidades comunitarias y que transformen la manera en que se gobierna desde lo local. El Cabildo de Mujeres en Rosales pudo haber sido un primer paso hacia esa transformación.
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