La política no se mide por discursos ni por selfies en redes sociales. Se mide por resultados. Y si los resultados son las leyes que impulsan, los acuerdos que logran, y las mejoras tangibles que provocan para su distrito, entonces los representantes de Parral, Noel Chávez Velázquez, diputado federal por el noveno Distrito, y Guillermo Ramírez Gutiérrez, legislador local por el Distrito 21, tienen cuentas pendientes con su electorado.
El pasado 1 de junio se cumplió un año de que se ganaron «por tierra» su espacio en sus respectivas curules, gracias a una ciudadanía que depositó en ellos algo más valioso que el voto: la esperanza de tener una voz efectiva en los espacios donde se toman las decisiones que afectan el día a día de las comunidades parralenses. Pero al evaluar su trabajo legislativo con datos concretos y tomados de las respectivas gacetas parlamentarias, la realidad dista mucho de esa promesa.
Chávez Velázquez, por ejemplo ha participado en 17 iniciativas, de las cuales, únicamente dos son de su autoría, otras 4 son del Grupo Parlamentario del PRI, y en las 11 restantes, que representan más del 64% de su agenda legislativa, son a las que se ha adherido.
¿El número de aprobadas? Cero. ¿Dictaminadas? Ninguna. ¿Atendidas? Tampoco. No se trata de denostar el esfuerzo que implica plantear reformas, pero cuando ninguna de ellas cruza siquiera el umbral del dictamen, hay una falla evidente en la estrategia legislativa, en la capacidad de negociación o en la relevancia de las propuestas.
El compromiso temático del diputado federal no es menor, entre medio ambiente, seguridad social, justicia penal, todos temas medulares, pero lo que debe evaluarse es el impacto, y aquí radica el problema: al no haber ninguna propuesta dictaminada ni aprobada, su labor se resume en cero avances efectivos. Crudo, pero cierto.
Por su parte, Memo Ramírez muestra una hoja de vida legislativa igual de discreta. Apenas destaca una proposición aprobada: un exhorto a los ayuntamientos para prever presupuesto para seguridad social de policías y bomberos. Un gesto loable, sin regatear, pero claramente insuficiente como carta de presentación ante un electorado que exige más que buenas intenciones.
¿Dónde está el resultado del voto? El contraste entre la visibilidad que ambos mantienen y la poca eficacia legislativa que demuestran es inquietante. Porque, si bien los ciudadanos votan por la cercanía, la confianza o la marca partidista, el verdadero contrato se firma en los congresos, y ahí la representación se mide en leyes, reformas, gestiones y resultados.
Ambos se han beneficiado de una narrativa de “cercanía con la gente”, una que en el terreno de lo legislativo aún no se traduce en acciones concretas. ¿De qué sirve el voto si el Congreso se convierte en una oficina sin producción?
Noel y Memo tienen una coincidencia geográfica que, lejos de ser oportunidad de sinergia -término que les gusta mucho en el PRI-, parece desperdiciada. ¿Cuántas iniciativas federales han sido reforzadas con propuestas estatales complementarias? ¿Dónde está la coordinación para gestionar recursos, mejorar servicios o enfrentar problemáticas comunes como la inseguridad, el rezago económico o el abandono rural?
Parral no necesita representantes que repitan discursos, sino legisladores que se pongan de acuerdo para generar una agenda conjunta, coherente y con resultados. Las urnas les pasarán factura del costo de la representación pasiva y la ciudadanía ha comenzado a exigir cuentas. Las redes sociales, las críticas públicas y la desconfianza general hacia los partidos reflejan una brecha creciente entre representantes y representados.
¿Qué presumirán Noel Chávez y Guillermo Ramírez en sus informes de labores? ¿Cuántas iniciativas seguirán durmiendo el sueño legislativo mientras la realidad aprieta? Parral, como cabecera de ambos distritos merece diputados que no solo asistan a sesiones, sino que hagan valer su voto, su voz y sus promesas, porque la confianza ciudadana es un capital político frágil y nuestros ¿representantes? están muy a tiempo de convertir su representación en algo más que presencia protocolaria.
¡Eso sí! Opinan de los aranceles, del gusano barrenador, de los incendios forestales, de las efemérides y de cuanto tema mediático surja, pero ni una techumbre para una escuela, ni una calle pavimentada gracias a sus gestiones, ninguna carretera rehabilitada, ningún beneficio tangible, directo y concreto. Alejados del presidente municipal de Parral, la cabecera de ambos Distritos, por cuestiones políticas y del propio Partido Revolucionario Institucional, pero pensando en el 2027.