Redacción de ‘El Papelerito’
Un segundo recorrido realizado por El Papelerito por la vía corta Parral–Chihuahua, ahora en sentido sur–norte, justo el jueves 25 de diciembre a plena luz del día, volvió a evidenciar la escasa presencia real del llamado Operativo Blindaje Carretero, anunciado por autoridades estatales y federales como una estrategia robusta para combatir el robo de vehículos y brindar seguridad a los usuarios de esta peligrosa carretera de 220 kilómetros.
El trayecto inició en Parral y concluyó en el entronque con Cuauhtémoc, atravesando los puntos históricamente más conflictivos del tramo, como Valle de Zaragoza, Valerio y Satevó, donde se han registrado asaltos y despojos en los últimos meses.
Sin embargo, la vigilancia observada distó considerablemente de lo prometido en los comunicados oficiales.

En la gasolinera Ricoba, última estación antes de salir rumbo a la capital del estado, se localizaron dos unidades de la Guardia Nacional, con al menos ocho elementos entre ambas. No obstante, los agentes permanecían estacionados, sin realizar labores visibles de inspección, revisión o apoyo a los automovilistas.
Más adelante, en el paso por Valle de Zaragoza, el escenario volvió a ser el mismo: dos conos sobre la carretera y un punto de inspección completamente abandonado, sin personal de ninguna corporación, replicando lo observado en el primer recorrido.
Durante el trayecto se identificaron cuatro unidades itinerantes de la Plataforma Centinela, conocidas como “Escorpiones”, instaladas en Valle de Zaragoza, Valerio, La Joya y Satevó.

En ninguno de estos puntos había presencia de agentes estatales, federales o militares, pese a que las propias unidades se anuncian como “puntos de ayuda”. La ausencia de personal refuerza la percepción de que la videovigilancia, por sí sola, no inhibe ni previene los delitos, como ya ha quedado evidenciado en otros tramos carreteros del estado.
El único despliegue dinámico detectado ocurrió cerca del entronque a Santa Gertrudis, aproximadamente en el kilómetro 86, a las 15:54 horas, donde se observó un convoy de una Célula BOI, integrado por elementos de la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, circulando con códigos encendidos en sentido contrario, de norte a sur, rumbo a Parral.
Ya en las inmediaciones de Satevó, se detectó una patrulla de la Policía Municipal con los códigos encendidos y dos oficiales dialogando con el conductor de un Nissan Tida, sobre un retorno en la división de carriles del tramo tipo autopista. Se desconoce si se trataba de un auxilio o una amonestación; no obstante, cabe señalar que la policía municipal no tiene atribuciones para infraccionar en carretera estatal o federal, lo que vuelve a generar dudas sobre el alcance real del operativo.

El balance del recorrido vuelve a ser el mismo: presencia mínima, vigilancia intermitente y operativos más visibles en comunicados que en la carretera. A pesar del historial delictivo de la vía corta, el llamado Blindaje Carretero sigue sin reflejarse en una estrategia constante, disuasiva y efectiva para quienes transitan diariamente por este tramo.
Mientras tanto, los automovilistas continúan recorriendo una de las carreteras más peligrosas del estado prácticamente solos, con conos, escorpiones vacíos y patrullajes esporádicos como única señal de un operativo que, en los hechos, no blinda.
Cabe recordar que, aunque los atracos han sucedido mayormente durante la noche o la madrugada, el mismo fiscal General César Jáuregui y el secretario de Seguridad Pública del Estado, Gilberto Loya, han recomendado no transitar durante ese período de tiempo y han aceptado que no hay presencia policial a esas horas, por lo que los recorridos de este medio de comunicación han sido de día, obviamente por seguridad -aunque esta, irónicamente, no esté asegurada por las autoridades- y para minimizar la exposición a riesgos innecesarios cuando no existe luz del sol.

Los viajes con intención de recabar datos reales para sustentar el trabajo periodístico, han sido en vehículos particulares sin rótulo alguno de prensa.
Al momento, no existe posicionamiento oficial ni réplica, aunque tampoco se ha buscado la declaración de ninguna corporación, ante las evidencias que arroja el trabajo de campo.



