El Gobierno del Estado de Chihuahua, a través de la Secretaría de Obras Públicas, ha emprendido una campaña de construcción, remodelación o rehabilitación de espacios, caminos y carreteras en distintos municipios, uno de ellos, Parral, en una clara estrategia de recuperar el tiempo perdido y, sobre todo, los créditos robados por algunos alcaldes que se quisieron pasar de listos.
En el caso de la Capital del Mundo, que no de Lo Bueno, la inversión millonaria de recursos estatales fue destinada a la colocación de pasto sintético en el Gran Estadio Parral que, por años, ha sufrido el abandono e indolencia del Municipio que, cuando le conviene, está fuera de su jurisdicción.
Más millones de pesos se anunciaron para el parque Puerta del Tiempo, luego de la innecesaria -y chafa- remodelación a cargo de los contratistas de Presidencia Municipal, entre hundimientos y parches por la deficiente aplicación de un concreto hidráulico que sí cumplía con las características para una obra así, pero que se dejó en manos inexpertas de quienes igual venden despensas, dulces y zapatos, que le hacen a la construcción.
Luego está la rehabilitación de la carpeta asfáltica del segundo tramo del Periférico Sur Luis Donaldo Colosio, que también tuvo que hacer propia la Secretaría de Obras Públicas del Estado, para evitar que anden luego pavimentado con botes.
Una más, la Secretaría de Educación y Deporte envió mesabancos, sillas, escritorios y aires acondicionados a 23 planteles educativos de Parral, dentro del programa «Juntos Mejoramos Tu Escuela» y, por su parte, Desarrollo Humano y Bien Común mantiene la entrega permanente de apoyos, entre alimentos, despensas, cobijas y más.
Los detalles de todo lo anterior ha sido replicado por todos los medios de comunicación, de tal forma que el trabajo es evidente, aunque lo es más que todo proviene del estado.
Y, entonces, ¿qué hace el Gobierno Municipal?
Porque las calles están en penumbras y llenas de baches -y la temporada de lluvias ya comenzó, así que se va a poner peor-; los robos a comerciantes están a la orden del día y algunos ni siquiera salen a la luz, como al que le robaron un reloj de alta gama de un cuarto de millón de pesos.
Pero eso sí, el Pueblo Mágico está lleno de retenes con el pretexto de las altas velocidades y de los conductores ebrios, con resultados cercanos a cero, pero con recaudaciones estratosféricas, no solo para las arcas municipales, sino para los bolsillos de -algunos- agentes.
¿Y los uniformes y calzado gratuito para 17 mil estudiantes? ¿Y el bacheo de un solo día de la vía corta? ¿Y los delincuentes que robaban cableado de Telmex y de la CFE? ¿Y la solución prometida, a sabiendas que no estaba en él, del abasto de agua 24/7 para todos los domicilios? ¿Y la prevención del suicido?
Un dato más: el alcalde alabó al diputado Francisco Sánchez Villegas por, supuestamente, haber gestionado 60 millones de pesos para Parral, en cuyo caso, otorgándole eso como cierto: ¿Qué hace entonces César Peña?