El encabezado de esta entrega no está dicho al azar ni por engordarle el caldo a la candidata de Movimiento Ciudadano, ni porque se cuenten con datos que revelen que es puntera en las encuestas. No. Es porque en el Debate que organizó el Instituto Estatal Electoral para los candidatos a la alcaldía de Parral, toda la atención fue para Sol Sánchez.
Si en realidad la expresidenta del DIF estuviese en el sótano de las preferencias, ni caso le hacían, ni siquiera por desquitarse las ganas de «tirarle» al Gobierno Municipal que representa, desde hace 8 años, Alfredo Lozoya. Y aunque parezca que El Caballo es el candidato, lo cierto es que él no aparecerá en las boletas porque su candidatura es plurinominal.
Entonces, ¿por qué y para qué enfocar las baterías sobre Sol Sánchez? ¿Por qué ocupar el tiempo que podría ser utilizado para exponer las propuestas de gobierno, en atacar a la que, se supone, es la rival más débil? ¿Será cierto entonces que las encuestas que llegan solo a los estrategas, coordinadores y candidatos, las que no se publican y las que no bajan a los operadores territoriales, marcan una tendencia al alta para la abanderada fosfo-fosfo? Es pregunta.
Hasta Rocío Allende, la aspirante de México Republicano -que demostró, por cierto, buen dominio del escenario y buena dicción- utilizó sus participaciones en cuestionar a Soledad, aunque no recibió ninguna respuesta de ninguno de sus contrincantes, porque, hay que decirlo, no la consideran un peligro en la contienda. No ha aparecido en una sola mención en las encuestas.
Tomando como ejemplo el debate nacional, guardando las debidas proporciones, Xóchitl y Claudia se atacan entre ellas y ni por asomo voltean a ver a Álvarez Máynez. Entonces, si los punteros fueran Otto Valles y Chava Calderón, buscarían debilitarse uno al otro ¿no? ¿Por qué debilitar a una candidata débil que no alcanza, según Massive Caller, ni el 19% contra los treinta y tantos del petista-morenista y otro porcentaje similar del prianista?
Incluso, el inge Calderón se desvió por un momento y arremetió contra Otto, pero éste le mató el pájaro en la mano. Pero Sol no les hizo caso a ninguno, y aunque sí la pusieron nerviosa, no perdió el temple y, como si el gobierno naranja fuera color de rosa, presumió hasta lo impresumible.
Si hay que decir quien ganó: nadie. Si hay que reconocer preparación: Otto, que no leyó, y Rocío que, como ya lo dijimos, demostró dominio.
Si hay que reconocer porra: Chava, aún y cuando un par de veces su estructura le aplaudió a Valles, contagiada por la euforia del momento.