Redacción de ‘El Papelerito’
A 10 meses de haber iniciado el actual sexenio encabezado por Claudia Sheinbaum, México acumula ya 22,011 homicidios dolosos, una cifra que refleja la continuidad de la crisis de violencia que ha azotado al país durante los últimos años.
De acuerdo con datos oficiales, solo en las últimas 72 horas se cometieron 163 asesinatos: 76 el día de ayer, 40 el día anterior y 47 hace tres días. Esta tendencia coloca al mes de julio entre los más violentos del año y revela la persistencia de una problemática que, lejos de disminuir, sigue cobrando vidas todos los días.
Los registros diarios muestran una preocupante regularidad en la ocurrencia de homicidios múltiples en distintos estados del país, particularmente en entidades como Guanajuato, Estado de México, Baja California, Jalisco y Michoacán, que continúan encabezando las listas de violencia letal.
A nivel anual, el panorama también resulta alarmante. En todo el 2024, el país acumuló 30,898 homicidios, mientras que, en 2023, fueron 31,062, aunque lejos de los niveles máximos de 2020, cuando se reportaron 36,773 muertes violentas, el año más cruento en la historia reciente del país.
Aunque el Gobierno Federal ha insistido en que hay una ligera tendencia a la baja en comparación con los primeros años del sexenio anterior, los números actuales desmienten cualquier sensación de mejoría real en materia de seguridad pública.
A la fecha, han transcurrido 304 días desde que Claudia Sheinbaum asumió el poder, mientras que restan 1,887 días para concluir su mandato. A este ritmo, el país podría enfrentar un sexenio con niveles de violencia similares —o incluso superiores— a los registrados durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que cerró con más de 170 mil homicidios dolosos, convirtiéndose en el más violento de la historia moderna de México.
Organizaciones civiles y especialistas en seguridad han reiterado la urgencia de replantear la estrategia de combate al crimen organizado, especialmente ante el crecimiento de células criminales locales, la expansión de grupos armados y la alta tasa de impunidad que impide resolver la mayoría de los crímenes.
Mientras tanto, las víctimas se siguen acumulando, y miles de familias continúan esperando justicia.