Washington califica como «escalada inaceptable» el incidente en el mar Negro y advierte sobre posibles ataques a embarcaciones civiles en la región.
Washington, D.C.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha emitido una enérgica condena al reciente ataque de las fuerzas rusas contra un buque de carga turco con bandera de Palau. El incidente ocurrió el pasado fin de semana en el mar Negro, cuando las fuerzas rusas abrieron fuego de advertencia contra el buque que se dirigía al puerto ucraniano de Izmail.
El portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel, ha catalogado la acción rusa como «inaceptable» y ha expresado su preocupación por la escalada de tensiones en la región. Patel ha señalado que la decisión de Rusia de considerar todos los buques que transitan por el mar Negro con destino a puertos ucranianos como transportes de carga militar es motivo de preocupación y demuestra el intento de Moscú por obstaculizar el transporte de grano.
«Estamos inquietos por la posibilidad de que el Ejército ruso pueda expandir sus objetivos para atacar instalaciones de grano en Ucrania e incluso dirigir ataques contra embarcaciones civiles en el mar Negro», advirtió el portavoz. Patel instó a Rusia a retomar el acuerdo de exportación de grano, que había permitido la distribución segura de 32 millones de toneladas de grano y había contribuido a la estabilización de los precios mundiales.
Este episodio de violencia en el mar Negro marca un punto álgido en la tensión entre Rusia y Ucrania, agravada por la negativa de Rusia a renovar el acuerdo de exportación de grano. El acuerdo, que había sido supervisado por Turquía y la ONU, permitía a Ucrania exportar su cereal a nivel global desde diversos puertos a pesar del conflicto en la región.
La falta de renovación de este pacto crucial ha intensificado las preocupaciones internacionales y ha aumentado la incertidumbre en la región del mar Negro, controlada por Rusia. El secretario general de la ONU, António Guterres, había advertido previamente que la decisión rusa tendría graves consecuencias para las poblaciones más vulnerables y podría generar una crisis global en el costo de vida.
Las implicaciones de este incidente resaltan la urgente necesidad de una resolución pacífica en la región, así como de la restauración de acuerdos que contribuyan a la estabilidad y la seguridad en el mar Negro y más allá.