Redacción de ‘El Papelerito’
En medio de una escalada de violencia que se prolongó durante al menos 24 horas en la región serrana de Guadalupe y Calvo, las autoridades estatales y federales apenas este jueves lograron desplegar un operativo conjunto en la zona, tiempo después de que se registraran múltiples reportes ciudadanos de enfrentamientos armados entre grupos delictivos antagónicos.
La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que el despliegue se realizó tras las agresiones con armas de fuego ocurridas la noche del miércoles 2 y la tarde del jueves 3 de julio, principalmente en la comunidad de El Zorrillo, donde finalmente fueron localizados dos hombres sin vida a un costado de la carretera. Las víctimas, de entre 25 y 30 años, vestían ropa táctica y presentaban múltiples heridas de bala.
Aunque el comunicado oficial refiere que inicialmente no se hallaron indicios de disparos o afectaciones a viviendas, habitantes de la zona han señalado lo contrario: denuncian haber vivido horas de terror mientras se escuchaban detonaciones intermitentes en los cerros cercanos, sin que autoridad alguna se hiciera presente.
Alcaldesa se resguarda y Presidencia cerrada desde el miércoles
En este clima de zozobra, la ausencia de la alcaldesa Ana Laura González se ha convertido en otro tema de preocupación. En un mensaje difundido por redes sociales, la presidenta municipal confirmó que permanece “resguardada en su casa”, al igual que, según sus palabras, “debería estarlo toda la población”. Añadió que la Presidencia Municipal no ha abierto sus puertas desde el miércoles, pues los trabajadores “también tienen miedo”.
González negó haber salido del municipio, pero confirmó que no retomará actividades públicas hasta que las fuerzas militares le garanticen condiciones de seguridad. Aseguró haberse reunido con mandos del Ejército y de la Guardia Nacional, y justificó su resguardo debido a que ha sido víctima de amenazas desde que era candidata, por lo cual su escolta está a cargo de elementos federales.
En un giro espiritual, la alcaldesa también expresó que pide a Dios que detenga la violencia, pues es “el único poderoso”, y acusó a sus adversarios políticos de querer “politizar” la crisis de seguridad.
Ciudadanía exige presencia real y acción efectiva
Mientras tanto, el municipio se mantiene en vilo. Las calles lucen desiertas, el comercio opera a medias y persiste el miedo entre los habitantes, quienes aseguran que la autoridad ha llegado tarde y no está a la altura del desafío. La indignación también ha crecido por lo que se percibe como un vacío de poder: sin gobierno municipal visible ni presencia constante de fuerzas de seguridad, el control territorial sigue disputándose entre grupos criminales armados.
El operativo permanece activo en la zona, pero hasta ahora no se reportan personas detenidas.
Así lo dijo;