China preferiría apoderarse de la vecina Taiwán sin necesidad de una acción militar, pero está trabajando para llegar a una posición en la que su Ejército pueda imponerse incluso si Estados Unidos interviene, afirmaron el martes los jefes de los servicios de inteligencia estadounidenses.
China considera a Taiwán, una isla de gobierno democrático, como su territorio “sagrado” y nunca ha renunciado al posible uso de la fuerza para asegurar una eventual unificación.
Estados Unidos, como la mayoría de los países, no tiene lazos diplomáticos formales con Taiwán, pero es su más importante respaldo internacional y proveedor de armas, por lo que es una fuente constante de tensión entre Pekín y Washington.
“Nuestra opinión es que ellos (los chinos) están trabajando duro para ponerse efectivamente en una posición en la que sus militares sean capaces de tomar Taiwán por encima de nuestra intervención”, dijo la Directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines, ante la Comisión de Servicios Armados del Senado.
China quiere tomar Taiwán de forma pacífica, pero prepara su ejército
Haines y el teniente general Scott Berrier, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa, testificaron sobre las amenazas mundiales a la seguridad nacional de Estados Unidos, discutieron las lecciones que China puede estar tomando de la guerra en Ucrania y la respuesta internacional a la misma.
Haines dijo que no cree que la guerra fuera a acelerar los planes de China sobre Taiwán. Berrier dijo que utilizar el ejército para lograr su objetivo no era la principal opción de Pekín.
“Creo que la RPC (República Popular China) preferiría no hacerlo por la fuerza. Creo que preferirían hacerlo pacíficamente con el tiempo”, dijo Berrier.
China estaba aprendiendo “algunas lecciones muy interesantes” del conflicto en Ucrania, entre ellas la importancia del liderazgo y de las tácticas de las unidades pequeñas, así como el entrenamiento eficaz con los sistemas de armas adecuados y una fuerza poderosa de suboficiales, dijo Berrier.
Los funcionarios estadounidenses deben trabajar con sus socios en el Indo-Pacífico y con las autoridades de Taiwán, dijo Berrier, “para ayudarles a entender lo que ha sido este conflicto, sobre qué lecciones pueden aprender y dónde deberían enfocar sus dólares en defensa y su entrenamiento”.
“Tienen una fuerza mayoritariamente de conscripción. No creo que estén donde deberían”, dijo Berrier sobre Taiwán