En la carrera por la Sindicatura Municipal de Parral, pareciera que solo la alianza prianista postuló candidata, porque Dalila Villalobos es la única que se nota, ya que Héctor Díaz, el de Movimiento Ciudadano, ha quedado relegado por las figuras de Sol Sánchez, de Francisco Sánchez y de Alfredo Lozoya, dejándolo poco espacio de proyección a él; y de Leonel Chavira nada que decir.
En la percepción ciudadana sobre el conocimiento que tienen de la persona, Dalila se lleva de calle no solo a sus competidores, Héctor y Leonel, sino a los mismos de su partido, como al propio Chava Calderón y a Memo Ramírez, y eso se nota muy claramente en los recorridos, donde, gracias la estridencia que tuvo Villalobos en su paso por la regiduría, la gente la reconoce fácilmente.
Se podría decir que Dalila le debe su candidatura a César Peña, pues de no haber sido por su lamentable desempeño como alcalde, la entonces regidora no habría brillado por señalarle una cosa tras otra, hasta lograr sacarlo de sus casillas al punto de maltratarla verbalmente, lo que le valió una denuncia por violencia política de género que, independientemente del fallo final tras impugnaciones y sentencias revocadas, lo puso en el plano nacional como presunto agresor de mujeres, además de las múltiples veces en las que lo exhibió en sesiones de Cabildo.
Héctor Díaz tuvo prácticamente las mismas oportunidades que Dalila de brillar como regidor, pero nunca hubo un señalamiento o posicionamiento sobre la pésima calidad de las obras, la falta de transparencia en las licitaciones o alguna exigencia que demostrara su calidad moral para pedir el voto para convertirse en síndico, por eso ahora nadie le cree cuando promete que vigilará los programas sociales, que cuidará el uso correcto de los recursos y que implementará programas y mecanismos de transparencia. ¿Por qué no lo hizo, si sí estaba en el ámbito de su competencia, cuando ocupaba una silla como edil en Cabildo?
Pero el encabezado de esta entrega, en el sentido de que Dalila va sola, no hace referencia a que no tenga competencia en campaña. ¡Claro que la tiene! Y hasta el Día D, aún y con lo que puedan decir las encuestas, nada está escrito. No, el significado de que va sola es que, igual que cuando era regidora, su partido, el PRI, siempre la dejó sola, porque ni el diputado Edgar Piñón, ni la dirigente local, Avril Carmona, hoy primera en la lista de regidores de Chava, la secundaron cuando lanzaba críticas contra el Gobierno Municipal.
Sola porque se desplaza en su camioneta a los recorridos, cargando su publicidad. Sola porque ella contrató a la persona que le toma las fotografías – por cierto, la que hacía ese trabajo con la diputada Ángeles Gutiérrez – y sola porque la arropan más los panistas, gracias a las relaciones que construyó con su compañera Kukis Ochoa y con Alejandra Pérez, que los propios tricolores.
Esa candidatura, la de Dalila, no hubo quien pudiera peleársela en el Revolucionario Institucional, se le dio de forma natural por las razones ya expuestas, y si llega a ganar y no merma su desempeño como síndica en caso de ganar también Calderón, no sería para nada descabellado, ni siquiera temprano, ni de falso optimismo vaticinar que Villalobos iría por otra candidatura natural: la de la misma alcaldía para 2027.
¡Que la dejen llegar, sería el cuento!