Curado de espantos, Otto Valles Baca decidió entrarle con todo a exponer las fallas de los gobiernos estatal y municipal y sin recato les llamó a las cosas por su nombre, en temas de los que puede hablar con libertad de los que ni Chava ni Sol van a tratar.
Dijo Valles que ni Maru Campos ni Presidencia de Parral están escuchando y, por ende, atendiendo las necesidades y lo elevó a rango de abandono, ejemplificando que se haya priorizado la construcción de un estacionamiento subterráneo que nadie pidió y que, la verdad de las cosas, ni falta hace, porque para eso está la Vialidad del Río, en el que “invertirán” 270 millones de pesos que, para como va de lento, es casi seguro que esa cantidad se eleve, como suele suceder, en lugar de resolver la problemática del abasto de agua.
Eso fue lo que le tocó a Gobierno del Estado, pero al Municipio le espetó que dilapiden recursos en onerosas fiestas, así lo calificó, mientras que las colonias tienen más necesidad de pan que de circo. Aunque no lo mencionó en el boletín, Otto se refería al festival San José y a otros eventos que se han desarrollado en el Foro Villista, pero alguien del equipo le sugirió prudencia a Valles en el sentido de que era mejor generalizar y que la ciudadanía juzgara.
La única coincidencia que mantiene Otto con Lozoya es la petición al Estado para que “suelte” la Junta de Aguas que, de municipal, solo tiene el membrete. De hecho, con la misma exigencia arrancó su campaña Rocío Allende, la candidata de México Republicano, asegurando que en Parral sí hay agua, lo que falta es voluntad. Es más, hasta César Peña pidió lo mismo: manejar la JMAS desde Presidencia.
A diferencia de los demás candidatos, Valles Baca no está amordazado para incomodar a ambos gobiernos, ni al estatal ni al municipal, si es que eso le abona para su campaña, aunque no está exento de que le devuelvan los misiles con las fallas del federal cuyo poder está en manos de Morena.